El Beso y El Balcon


 

Al final de un mañana cuando la boda real había navegado en perfecto equilibrio entre la tradición y la modernidad, fue este el momento del símbolo definidor.

A la 1.26 hora local, bajo la mira de miles allí congregados y millones más mirándoles alrededor del mundo, William  y Kate se dieron el beso, desde un balcón de palacio pero con la espontaneadad de cualquier pareja de enamorados recién casados.

Fue un ingles Wiliam Shakespeare que creo le escena de balcón tal vez mas romántica y tragicómica   en la imaginación literaria, pero en un marco de soledad y ansiedad- la de Julieta declarando su amor por Romeo. Y ayer fue en este otro balcón, el de Buckingham Palace donde se estreno el primer beso visto en público de La Casa de Windsor, la de Diana con el Príncipe Carlos- en un escena de un cuenta he hadas  cuya muerte estaba prenunciado.

Ayer William y Kate siguieron a su primero beso, con otro al poco tiempo- este aparentemente tan espontaneo como el primero pero tal vez con un profundo sentido de futuro y esperanza, y la intención de superar por una y por todo el pasado, con sus fallos y su desilusión.

Este balcón tiene mucha historia, y por eso en un día como el de ayer asume un papel tan central en la conciencia colectiva de un pueblo. Después de siglos durante el cual la monarquía inglesa se había mantenida  alejada de lazos personales con el pueblo, fue el matrimonio del Príncipe Albert con Elizabeth Bowes-Lyon (la madre de la cual Reina) que fueron los primeros en organizar alrededor de su enlace un evento público.

Y fue esta misma pareja que saludaron al pueblo desde  el balcon ya habiendo asumido Albert el  título de Rey al abdicar su hermano Edward en 1937- escena ya inmortalizada en la película   que hace poco fue premiado con varios Oscars.

Entre otras apariciones reales en este balcón has seguido las el de la actual Reina, tanto como recién casada como celebrada monarca que has sabido sobrevivir, con nobleza y sentido de gran responsabilidad,  los desastres matrimoniales de su hijos y de su hermana.

Ayer La Reina estuvo de nuevo en el balcón, igual que su hijo Carlos y su segunda mujer y ex amante Camila, y los padres y los hermanos de Kate Middleton que ya ha asumido el titulo de La Princesa Catherine. Y se quedaron allí mientras que los aviones de la RAF de Segunda Guerra Mundial y del la actual  fuerza aérea sobrevolasen el palacio.

Ya para entonces los miles que habían acompañado a los novios a lo largo de la ruta desde la Abadía de Westminster se habían juntado en un gran masa humana delante del palacio, ocupando no solamente la plaza sino la avenida  que llega hasta Trafalgar Square en una manifestación de afecto a lealtad.

Pero fue con  los besos de William y Kate que el día llego a su punto clave de reencuentro. Gracias a ellos se acorto la distancia que separa el  balcón real de la calle, en un momento de celebración colectiva.   Articulo publicado el dia después de la boda en El Mundo

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